En Zaragoza a 19 de junio de 2022
Un día más de
un año más. Todos más mayores. Muchos ya viejos. Pero todos presentes en
Cristo Jesús.
Hoy hemos vuelto
a agradecer la venida de Cristo, pero sobre todo hemos agradecido su
permanencia entre nosotros, aquí en la Tierra, aquí en el ahora, hecho cuerpo por
nosotros a través del pan. Compañía grande, alimento hermoso.
Hoy hemos
vuelto a dar Gloria a Cristo en la calle, entre cantos de alabanza, elevando su
forma hasta el cielo como si alcanzásemos a besar llagas, a alzar corazones
sobre tiempos de cosmos, a mirar el mundo con transparencias de pupila enamorada.
Hoy hemos
vuelto a alabar la presencia de Cristo en la Eucaristía con sencillas palabras,
entre recuerdos de infancia y nuevos comulgantes, en esa fraterna unión
comunitaria que transforma en sinergia cada gesto, cada mirada, cada
pensamiento blanco.
Hoy hemos
vuelto a adorar la hostia consagrada en su custodia retumbando la oración en las
cuerdas de la misma eternidad.
Recuerdo, Presencia y
Gloria.
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