Hoy era último domingo de Adviento, el domingo de “El Buen Pastor”, el domingo de una cuarta vela cerrando el ciclo de luz que anuncia la llegada inminente del Niño en la Noche Buena.
Hoy los niños de catequesis de comunión de la parroquia de El Corpus Christi han sido protagonistas en el pequeño templo: niños hablando al Niño, niños pensando en el Niño.
Han recordado con sus voces la vivencia de la búsqueda de José y María de un lugar donde descansar. ¡Y de pronto! La llegada de un Niño sobre un pesebre: un Dios encarnado, la divinidad trascendente en carne, de carne y hueso, que ama y que duele, por y para nosotros. Me quedo meditando…
Y llegan los pastores con su zurrón humilde y los ángeles entre cánticos y una estrella, y unos Reyes Magos de Oriente. Y el Niño ríe alegre entre esas pocas gentes que lo conocen amando.
Un tiempo mágico, entrañable,
entre familia y altares,
melodías navideñas y cascabeles.
¡Gracias!
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